Vértigo de trescientos sesenta grados amor
Por aquel entonces,
Verano moría sólo por el placer de jodernos a todos
Brisa acariciaba las mejillas de otros, con mano dura
y Luna andaba desnuda, a nuestras anchas, con miedo a no ser vista.
La niña que llevaba puesta, sangraba amargamente
la vida le olía a: <<aparece para quedarte>> y canela
y su sexto sentido estaba embaucado con tu perfume.
Ignoramos todos los carteles de peligro,
Suicidas, con miedo a morir (separados)
Pájaro en mano y nosotros volando,
Tu pecho lleno de soles, en esta noche tan fría.
Te he llovido el verano,
mientras prendías mi invierno.
He sido droga, de las duras
y has calmado con morfina todos los días de no tenernos.
Prometo violarte siempre que me lo permitas,
pero no te vayas aún, no hasta las dos,
necesito verte amanecer y salvarnos
o morir en el intento.