Contraluz
La resaca del lunes dormía en sus lunares.
Andaba desnuda (como si hubiese otra manera)
y perdida entre esas cuatro paredes y media que adornaban su vida.
La taza de té se escapó de sus manos.
Derramó los motivos, la nostalgia, los pelos de recién
levantada, los besos en la comisura de los labios, el fracaso;
Derramó las oportunidades, los antojos de niña, las flores en el pelo, las dudas, los saltos en la cama;
levantada, los besos en la comisura de los labios, el fracaso;
Derramó las oportunidades, los antojos de niña, las flores en el pelo, las dudas, los saltos en la cama;
Derramó la cordura, reír a carcajadas, el solsticio de invierno, el sexo con la luz apagada, el llanto desconsolado.
Desgarrándose en tu honor corazón,
se derramó en el suelo, donde ahora todos pisamos fotogramas.
Desgarrándose en tu honor corazón,
se derramó en el suelo, donde ahora todos pisamos fotogramas.
